Cuando Kobe Bryant pudo ser actor
La figura personal y deportiva de Kobe Bryant ha dado para llenar cientos de páginas sobres sus aventuras y desventuras dentro y fuera de la NBA. El que fuera el más digno sucesor del legado de Michael Jordan protagonizó mil y una anécdotas a lo largo de su vida, llegando incluso a ganar un Oscar en 2018 por su corto de animación «Dear Basketball».
Realmente, esa no fue la única relación de Kobe Bryant con el mundo del celuloide y de la producción televisiva, ya que participó en varios cameos televisivos y protagonizó incluso un documental sobre su vida profesional llamado Kobe Doin’ Work, dirigido por el famoso director Spike Lee.
Curiosamente, esa no fue la primera vez que Spike Lee intentó convertir en Kobe en el protagonista de una producción suya, sino que en 1997, cuando Kobe estaba empezando a deslumbrar al mundo del baloncesto en su temporada rookie, le ofreció ser el actor protagonista de una de las películas de baloncesto más significativas de este deporte.
La película era ni más, ni menos que He Got Game, el drama protagonizado por Denzel Washington que trata sobre los avatares personales y profesionales de la llegada a la NBA de un joven jugador de la ciudad de Nueva York.
La producción del irreverente Spike Lee, tenía como protagonista al jugador ficticio Jesus Shuttlesworth y precisamente ese fue el papel, que ofreció en primer lugar al inolvidable Kobe Bryant.
La idea inicial era que el padre del jugador, Jesus Shuttlesworth, fuera Denzel Washington y el propio protagonista fuera Kobe que, en aquel momento, contaba con apenas 19 años.
El ofrecimiento llegó en el verano de 2017, pero Kobe terminó declinando la oferta de Spike Lee por el compromiso de este primero, con su trabajo en verano para poder mejorar su juego.
Los Lakers acababan de ser eliminados por los Utah Jazz en la segunda ronda de los Playoffs de la temporada 1996-1997 y la serie de Kobe había sido francamente mala, con unos porcentajes de tiro de campo del 31,6 % y de 21,1% desde la línea de tres puntos. Todo ello sin contar que había protagonizado algún air ball en momentos importantes de los partidos y que había perdido casi más balones que las dos estrellas del equipo en aquel momento, Nick Van Exel y Shaquille O’Neal. Además, lo más dramático de ese dato, es que los había perdido jugando prácticamente la mitad de tiempo que los otros dos jugadores.
Kobe prefirió utilizar el verano para mejorar su juego, en vez de para filmar la película, que le hubiera convertido todavía en más famoso de lo que ya era. Prefirió cambiar la fama por su implicación deportiva con el baloncesto y su incesante búsqueda del éxito y reconocimiento profesional.
Así era Kobe y ese fue el camino que le llevó a ser uno de los más grandes de todos los tiempos.
Spike Lee también ofreció el papel a otras jóvenes estrellas de la liga como Tracy McGrady, pero finalmente fue Ray Allen, el hombre que protagonizó un papel que pasaría a la historia de la mejores películas de baloncesto y al que siempre quedará vinculado el nombre del excelso tirador de tres puntos.
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