He Got Game… algo más que una película
Todo gran aficionado que se aprecie de la NBA es muy probable que haya visto la famosa película de Spike Lee He Got Game o como la conocemos en España Una mala jugada o en Latinoamerica El juego sagrado.
Personalmente había visto muchas partes de la película pero nunca me había sentado a verla completa y os recomiendo que hagais lo mismo porque creo sinceramente que es un fiel reflejo de lo que el baloncesto puede representar en un parte de la sociedad norteamericana.
Antes de comenzar a hablar de la peli os recomiendo que si no la habéis visto dejéis de leer el artículo ahora mismo porque os la voy a destripar un poco.
Personalmente no soy fan de las películas de Spike Lee pero realmente el baloncesto prevalece en He Got Game a la temática habitual del conflicto racial que inunda la filmografía del de Georgia.
Además el aliciente de los cameos de algunos jugadores de la NBA y sobre todo la participación y protagonismo de Ray Allen junto a un siempre excelente Denzel Washington hacen de la película un espectáculo de por sí atractivo para cualquier aficionado al basket.
De la película como tal se pueden sacar muchas conclusiones y similitudes con la vida real de muchos jugadores de la NBA sobre todo con esa parte de la NBA de los jugadores de vidas y barrios más humildes que ven en el baloncesto una forma de salir de la pobreza.
La historia en He Got Game discurre en el último año del Instituto previo a dar el salto a la NCAA del prometedor escolta Jesus Shuttlesworth (Ray Allen).
Realmente el centro de la película es esa toma de decisión de a que universidad acudir tras el High School aunque también es cierto que además en aquella época los jugadores podían dar el salto directamente a la NBA y en la película también se contempla esa posibilidad.
En esa decisión de Jesus Shuttlesworth se juega el inicio de su carrera deportiva pero al final de la película parece que quizás sea el que menos importancia le de a su decisión.
Denzel Washington (Jake Shuttlesworth) es el padre de Jesus y al principio de la película aparece en la cárcel donde cumple condena por un motivo que se desconoce inicialmente y que finalmente convierte al personaje de un malvado padre egoísta en un hombre al que la mala fortuna le golpeó sin compasión.
Al final todo el mundo quiere influir en la decisión de Jesus Shuttlesworth para que elija una opción que les beneficie.
El entorno de Jesus ve la gallina de los huevos de oro en el joven jugador.
Su propio entrenador del instituto le intenta condicionar ayudandole económicamente para tener información privilegiada de a que universidad va a acudir, su novia quiere condicionarle para que de el salto a la NBA y firme ya con un agente que lleve su carrera, el tio de Jesus también quiere su parte por haber ayudado a Jesus y a su hermana pequeña tras la muerte de la madre y el encarcelamiento de su padre y finalmente el padre (Jake-Denzel) quiere que elija la universidad del gobernador del estado donde esta su prisión para conseguir una reducción de su pena.
Quizás la relación más perversa padre-hijo (Jake-Jesus) realmente sea la más pura y máxime cuando finalmente se conoce la realidad del encarcelamiento de Jake (no os lo cuento) y la decisión de Jesus.
En conclusión, todo el mundo quiere beneficiarse de alguna forma de un joven jugador de baloncesto.
Esa realmente podría ser la sinopsis de la película ya que todo gira en torno a una decisión que puede cambiar la vida de las personas de su entorno y parece que lo menos importante sea como le influirá esa decisión a Jesus Shuttlesworth.
Esos intereses son reales en la vida de los jugadores de la NBA que crecen en zonas más desfavorecidas y que tienen situaciones familiares dramáticas.
Todo el mundo quiere aprovecharse de esas decisiones y sacar partido de las mismas.
La historia nos ha mostrado como en el caso de los Fab Five que los jugadores son los que pagan que los demás se aprovechen de ellos.
En ocasiones somos tremendamente injustos con la valoración de la vida de jugadores que se arruinan tras ganar millones de dolares en la NBA con tan sólo 20 años.
Nacer, crecer y tomar decisiones correctas en entornos tan complejos no es para nada sencillo y el baloncesto consigue que muchas de esas personas consigan salir adelante.
Para mi He Got Game es un ejemplo claro de lo difícil que es que algunos de los jugadores de baloncesto en Estados Unidos lleguen a triunfar en la NBA.
Una buena peli que sólo se comprende intentando empatizar con Jesus Shuttlesworth y lo difícil que es tomar decisiones en un entorno en el que todo el mundo se relaciona contigo esperando recibir algo a cambio directa o indirectamente.
Como curiosidad la NBA organizó la noche de los apodos en un partido entre los Heat y los Nets.
Todos los jugadores de ambos equipos jugaron con camisetas con sus apodos en la espalda.
Aquella noche Jesus Shuttlesworth se convirtió en real con el 34 de los Miami Heat.
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