Sasha Danilovic el hombre que no quiso triunfar en la NBA

En ocasiones no todo lo que parece que tiene que ser, termina siendo lo que debería ser. Esta frase quizás un tanto enrevesada tan sólo significa que en ocasiones las cosas son diferentes a lo que sobre el papel deben ser. En este caso vamos a recordar la historia de Sasha Danilovic, el hombre que simplemente no quiso triunfar en la NBA.

La historia de Predrag Danilovic en la NBA comienza a lo europeo en los 90’s, es decir, con una carrera triunfal y llena de éxitos en el viejo continente, una selección en el Draft en un puesto bajo para la calidad que atesora y una llegada años más tarde de esa elección a la NBA.

De esta forma y con este patrón llegó el que ya era considerado como uno de los mejores jugadores de Europa en aquellos momentos aunque en la NBA no tenía ese cartel.

De hecho, los Warriors que fueron el equipo que lo draftearon le incluyeron en una operación de traspaso con los Heat en la que consiguieron a Billy Owens por Rony Seikaly.

Danilovic ya había sido Campeón y MVP de la Euroliga.

De esta forma y tres años después del draft llegó Sasha Danilovic a la NBA a unos Miami Heat en los que desde el principio tuvo el rol de titular.

El escolta de Sarajevo llegaba a la NBA con casi 26 años y ya curtido en mil batallas.

Sasha Danilovic comenzó la temporada 1995-1996 siendo titular en los Miami Heat, demostrando su gran nivel de juego y también su capacidad de no amilanarse ante nadie.

En su primer partido en la liga acabó llegando a las manos con Chris Mills y llevándose unos cuantos puntos de sutura.

Tras tan sólo 18 partidos se lesionó en su muñeca y estuvo prácticamente el resto de la temporada sin jugar.

Al año siguiente volvió a ser titular con los Heat y fue traspasado a mediados de temporada a los Mavericks.

En total, tan sólo disputó 75 partidos en la NBA hasta que dijo basta y se volvió a Europa decidiendo renunciar a dos años más de contrato que le quedaban en la NBA.

Promedió 12.8 puntos por partido y podría perfectamente haber triunfado en la liga en base a su gran tiro exterior pero decidió que la NBA no era su sitio y que no le gustaba el estilo de vida de la NBA.

Curiosamente además el caso de Danilovic no fue por no aclimatarse a los Estados Unidos ya que ya conocía el país porque pasó un año en el Instituto Cookeville en Tennessee.

Aquel baloncesto no sedujo a Sasha Danilovic y volvió de nuevo a Europa, a la Virtus de Bolonia, donde volvió a ganar la Euroliga demostrando que tan sólo los grandes pueden elegir donde quieren jugar.

 

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