Paul Pierce la estrella NBA que volvió de la muerte

La historia de los Boston Celtics durante la primera década del Siglo XXI sin Paul Pierce no hubiera sido la misma. El carisma y el liderazgo que mostró vestido de verde le ha hecho acreedor del máximo respeto de la parroquia del Garden.

Su papel junto a los Ray Allen, Kevin Garnett, Rajon Rondo y compañia fue determinante para que los Celtics volvieran a saborear las mieles del éxito haciendo que los Celtics volvieran a ser un equipo ganador.

El cenit de aquella etapa estuvo en el anillo de 2008… el decimoséptimo de los del Leprechaun.

Esto es parte ya de la historia de la franquicia más laureada de la historia de la NBA pero lo más paradójico es que pudo no haber nunca ocurrido.

La historia se remonta al año 2000 cuando Paul Pierce apenas llevaba dos años en la NBA y todavía The Truth no había disputado ni un sólo partido de playoffs.

Aún así el de Inglewood ya era una de las mayores promesas de la NBA entre los Kobe, Iverson, Vince Carter, Tim Duncan o Kevin Garnett.

Todo pasó el 26 septiembre del año 2000… una noche cualquiera en el Buzz Club de la ciudad de Boston.

En aquel momento con tan sólo 22 años The Truth se encontró con una situación que para su suerte no le costó la vida.

Paul Pierce recibió un botellazo en la cabeza y hasta 11 puñaladas la mayoría superficiales salvo una cerca del esternón que le pudo costar la vida

El origen de aquella trifulca fue un encontronazo de Pierce con uno de los mafiosos de la zona… William Rangland más conocido como Roscoe por estar hablando con dos chicas que Rangland entendía que era de su propiedad.

Tras ser malherido los hermanos Battie (Tony era compañero de la epoca en los Celtics) le llevaron al hospital y allí pudo ser curado de las múltiples heridas.

Sorprendentemente el 1 de noviembre de ese mismo año Paul Pierce jugó el primer partido de liga disputando 39 minutos anotando 28 puntos, atrapando 6 rebotes y dando 5 asistencias.

Quizás aquel día 26 más que morir Paul Pierce empezó a nacer la estrella que se convertiría en The Truth porque empezó a entregarse 100% al baloncesto y a dejar otras aficiones que casi le costaron la vida.

Aquella noche Paul Pierce venció a la muerte y el baloncesto ganó una estrella.

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