Shawn Bradley, el Gigante que llegó del espacio exterior
De Shawn Bradley hay tantas cosas que contar y tan curiosas, que es difícil incluso empezar a narrar su historia. Lo mejor es comenzar, como no, por el principio y ese principio no puede ser otro que su nacimiento.
Desde su llegada al mundo Shawn Bradley empezó a acumular curiosidades ya que a pesar de ser de origen estadounidense, nació en Alemania, concretamente en Landstuhl en una base militar norteamericana, lo cual le permitiría en un futuro una curiosa posibilidad en el mundo FIBA.
Tras terminar su etapa en Alemania su familia se mudó a Castle Dale, una pequeña ciudad del Estado de Utah, un lugar de gran importancia para la vida de Shawn Bradley. Allí creció y se formó en lo personal y en lo deportivo.
En lo personal, Utah es el lugar donde esta la sede del Movimiento de los Santos de los Últimos Días, es decir, del Mormonismo, y Shawn Bradley tomó esta religión como eje de su forma de vida.
En lo deportivo empezó a destacar en el Emery High School de Castle Dale, donde logró convertirse en una estrella del baloncesto a ese nivel. Sus números en puntos, rebotes y, sobre todo, en tapones, le colocaron como uno de los grandes proyectos de jugador de baloncesto de todo el país.
Su altura y su capacidad atlética le convirtieron en un jugador con el cartel de único en su especie, aunque ya se vislumbraba un problema de proporción entre su altura y su peso.
Le llegaron múltiples ofertas para dar el salto al baloncesto universitario, pero optó por quedarse en Utah y eligió la Universidad Brigham Young (BYU) en Provo, Utah.
Shawn Bradley, en su primer y única temporada en la NCAA, mostró un potencial que no pasó desapercibido para la NBA.
En los 34 partidos que jugó como freshman en la NCAA promedió 14.8 puntos, 7.7 rebotes, 1.2 asistencias y 5.2 tapones.
Al final de esa etapa donde obtuvo varios reconocimientos como jugador de gran proyección, decidió abandonar el baloncesto y dedicar los dos siguientes años de su vida a su fe religiosa como mormón.
A pesar de ese periodo lejos del baloncesto, las expectativas de la evolución del juego de Bradley no disminuyeron y fue elegido en segunda posición del Draft de 1993, por detrás de Chris Webber y por delante de jugadores como Penny Hardaway, Jamal Mashburn, Vin Baker o Allan Houston.
En aquel momento, Shawn Bradley se convirtió en el jugador más alto elegido en mejor posición de la historia del draft. Esta marca la mantuvo hasta la elección en primera posición del Draft de 2002 en de los 229 centímetros de Yao Ming.
Curiosamente, Shawn Bradley no fue el jugador más alto de su propio Draft de 1993, ya que en la posición 30 los Washington Bullets eligieron a un pivot rumano del Pau Orthez francés. Ese hombre era Gheorghe Muresan con 231 centímetros, el jugador más alto de la historia de la NBA junto con Manute Bol.
La llegada de Shawn Bradley a la NBA fue un auténtico acontecimiento social y deportivo, ya que nadie sabía como podía evolucionar un jugador de esas características físicas y ese teórico potencial.
En su primera temporada en la NBA optó por elegir el número 76 que coincidía con su altura (7 pies y 6 pulgadas) y el nombre de su propio equipo… 76ers.
La dirección del equipo de Philadelphia apostó firmemente por el «Proyecto Bradley» y realizaron grandes esfuerzos por terminar de formarle, incluso fichando a todo un MVP como Moses Malone para que actuara de mentor y le enseñara a posicionarse y luchar por el rebote.
El debut de Bradley en la competición le sirvió para entrar en la historia de la NBA, ya que se convirtió en el jugador que más tapones ha puesto en su primer partido en la liga con unos espectaculares ocho bloqueos, pero su rendimiento en puntos y rebotes estuvo por debajo de lo esperado, algo que terminaría siendo una pauta a lo largo de su carrera.
Todo parecía que podía funcionar en Philadelphia, pero una lesión a mitad de la primera temporada y un rendimiento menos consistente de lo esperado, le condujo a ser traspasado a principios de la campaña 1995-1996.
Los New Jersey Nets se hicieron con sus servicios en una operación que incluyó a otros jugadores, siendo el más destacado de ellos todo un número 1 del draft como Derrick Coleman.
Los números de Shawn Bradley en los Nets también fueron buenos, pero no para lo que nuevamente se esperaba de un jugador de su potencial. Doble dígito en anotación, grandes números en tapones, pero en los rebotes siempre estuvo muy por debajo de lo que se esperaba de él, probablemente por su escaso peso, que hacía que jugadores de menor altura le ganaran la posición en el rebote.