Shawn Bradley, el Gigante que llegó del espacio exterior
Al final de su primer año en New Jersey, Shawn Bradley tuvo la suerte de formar parte de la película de cine de baloncesto más famosa de la historia… Space Jam.
El gigante de 229 centímetros, junto con otros grandes jugadores de la NBA como Pat Ewing, Larry Johnson, Charles Barkley o Muggsy Bogues, eran desposeídos de sus capacidades para jugar al baloncesto por unos alienígenas que pretendían conquistar el mundo de los Looney Tunes. Tan solo Michael Jordan de la mano de Bugs Bunny podría evitarlo… ya no cuento más por si no la habéis visto.
El hecho esencial de Space Jam con respecto a Shawn Bradley es que hizo que todavía aumentará aun más su popularidad.
Su juego era bueno, pero no estaba a la altura ni de las expectativas creadas en torno a su figura, ni de su gran popularidad extradeportiva.
Los números de Shawn Bradley iban mejorando de forma paulatina, pero más lento de lo esperado. En New Jersey consiguió sus primeros triples dobles de puntos, rebotes y tapones, pero la confianza en su crecimiento también desapareció rápido como en Philadelphia y a mediados de la temporada siguiente (1996-1997) fue nuevamente traspasado, en esta ocasión a Dallas. En New Jersey no llegó ni a disputar una temporada completa.
Los Dallas Mavericks se terminaron convirtiendo en el destino definitivo de su carrera.
Allí disputó un total de 582 partidos en 8 temporadas y media y se convirtió en uno de los pilares de los Mavericks de inicios del siglo XXI junto con el alemán Dirk Nowitzki.
Precisamente este último convenció a Bradley para otra de las grandes curiosidades de su carrera. Al haber nacido en Alemania, Nowitzki propuso a Bradley que jugara con la selección teutona y, tras conseguir la doble nacionalidad germano-estadounidense, terminó disputando con Alemania el Eurobasket de 2001, donde finalizaron cuartos tras perder con la selección española la lucha por las medallas.
En su última etapa deportiva en Dallas no llegó a consolidarse como un gran jugador de la liga, pero dejo perlas de su gran potencial al hacer partidos de nivel histórico, como el día que logró un triple doble partiendo desde el banquillo con 22 puntos, 22 rebotes y 13 tapones.
El balance final de la carrera de Shawn Bradley, dejó unas cifras de un jugador escasamente anotador, gran taponador y extrañamente poco reboteador. Precisamente en este último aspecto del rebote, sus datos son especialmente curiosos, ya que nunca en su carrera terminó una temporada superando el doble dígito en rebotes, lo cual para un pívot titular de 229 centímetros es bastante contradictorio.
Otra de las curiosidades por las que también se hizo famoso Shawn Bradley fue por su capacidad de participar en el arte del Posterizing, esa habilidad para quedar reflejado en imágenes dignas de un poster.
El problema para Bradley era que su participación en el posterizing era pasiva, es decir, que en los posters era él sobre quien hacían la jugada espectacular. Muchos jugadores conociendo la tendencia de Shawn Bradley de entrar a taponar a destiempo, iban a por él para conseguir el precioso trofeo de un mate sobre un jugador de 229 centímetros.
El paso de Shawn Bradley por la NBA fue el de un jugador de buen nivel, que siempre estuvo por debajo de las expectativas que dejaba su físico único, aunque realmente su propio cuerpo siempre fue su peor enemigo, ya que la altura y la agilidad sin la potencia y la fuerza necesarias para luchar bajo los tableros de la NBA, le convirtieron en un trailer con ruedas de bicicleta.
El físico imperfecto de Shawn Bradley le permitió tener una buena carrera en la NBA, pero no llegar a triunfar como la gran mayoría del mundo del baloncesto esperaba, aunque ese físico le convirtió en el jugador de más de 226 centímetros que más temporadas y partidos ha jugado en la historia de la NBA.
Probablemente el jugador de la historia presente en más posters sin ser él el protagonista.
